Llegar al centro de Chiclayo se ha vuelto una complicación, pero, en los últimos años, tratar de hacerlo por sus principales calles se volvió una actividad desgastante. Los embotellamientos en el cruce de las avenidas Augusto B. Leguía y Fernando Belaúnde son enormes, por lo que tratar de avanzar por dichas vías puede provocar demoras durante el recorrido. Al mal estado de las vías se suma la proliferación de negocios formales que ofrecen productos en las veredas y las pistas, además del paradero de vehículos interurbanos.
“Se busca crear un acto de responsabilidad en los dueños de los negocios de la avenida Leguía sobre que no deben ocupar la parte peatonal (veredas) y las pistas con sus productos. Se ha hecho un trabajo de sensibilización . A los que sigan infringiendo la normativa, que prohíbe este tipo de prácticas, serán sancionados”, expresa a La República Dalmiro Velásquez Hurtado, gerente de Seguridad Ciudadana y Fiscalización de la MPCh.
La Subgerente de Fiscalización de la MPCh, Rocío Caballero, sostiene que son diversas las ordenanzas que incumplen los propietarios de los locales al exponer la venta de sus productos en plena vía pública. Los comerciantes formales que ocupan espacios para la exhibición o venta de mercadería serán multados con el 30% de una UIT, de forma provisional; mientras podrían sufrir el decomiso de su mercadería, de forma definitoria.
“Queremos que los comerciantes entiendan que el orden de las calles es una contribución de todos”, argumenta Caballero.
Lugar de nadie
Desorden, informalidad y caos . Esas palabras definen muy bien la situación de las calles adyacentes al Mercado Modelo de Chiclayo. En este ámbito de tierra de nadie está el denominado sector ?La Cachina?, que abarca las cuadras 15, 16, 17 y 18 de la calle Juan Cuglievan. Los vendedores informales ofertan, en su mayoría, productos de segunda mano como ropa, calzado, muebles y más accesorios. Otros ofrecen madera, alimentos, combustible y respuestos de vehículos.
El comercio ambulatorio se desborda en las cuadras 1, 2, 3 y 4, de las calles Manuel Suárez, José Pardo y Cois, respectivamente. Estas vías también forman parte del circuito de La Cachina, y atraviesan la calle Juan Cuglievan. En estos espacios es imposible transitar por las veredas y el asfalto, debido a la presencia de talleres que realizan estructuras metálicas en plena vía pública. Este diario también observó la construcción de parihuelas planas de madera y corrales en medio de las pistas.
“Hemos puesto de conocimiento a las autoridades sobre esta situación desde hace años, que incrementan los ambulantes y con ello la delincuencia”, dice un vecino de la Cois. “Los mismos restaurantes o tiendas permiten el comercio informal por cupos”, comenta una mujer.
En la calle Nicolás Cuglievan, entre Cois y José Pardo, los vecinos denunciaron que hay dueños de galerias que ofrecen equipos electrónicos robados y hurtados por bandas delincuenciales. La República verificó que la venta de celulares, laptops y tablets, de dudosa procedencia, también se produce en la calle.
El regidor Fernando Fernández Gil exige la creación de condiciones para la venta de productos o la formalización. Añade que el CUIS del 2013 considera la venta ambulatoria en las calles una infracción grave con una sanción muy fuerte, sin embargo, no se cumple y requiere su fortalecimiento.